Orquídea. La sola palabra conjura todo aquello que es bello, exótico, raro. Un aura de fascinación ha rodeado siempre a esta extraordinaria familia de plantas. Su cultivo se considera algo esotérico y difícil. Nada más alejado de la verdad. En un clima como el que disfrutamos en Guadalajara y sus alrededores, mantener una sana y productiva colección de orquídeas es una tarea que puede ser acometida por cualquier amante de las flores.
¿Qué es una orquídea?
La pregunta pudiera parecer ociosa. No lo es. Se estima que existen unas 30,000 especies de orquídeas en la naturaleza, lo cual las convierte en la familia de plantas florales más extensa en la tierra. Hay ejemplares tan grandes como un árbol, y miniaturas con flores tan pequeñas como la cabeza de un alfiler. Una familia tan vasta y tan diversa entiende más de excepciones que de reglas. Sin embargo, una característica más que ninguna otra define a la orquídea: la fusión de la porción femenina de la flor –pistilos– con la masculina, – estamentos. Las orquídeas tienen tres pistilos y tres estamentos, pero a diferencia de otras flores, que presentan estos elementos separados, la orquídea los tiene unidos en una estructura llamada columna o gynostemio, localizada en el centro del labelo, ese labio generalmente colorido y atractivo que admiramos en la flor.
La orquídea es una de las más evolucionadas de todas las monocotiledóneas. Exhibe notables especializaciones de polinización, y presenta avanzados sistemas de almacenamiento de agua, lo cual ha contribuido a su éxito en la lucha por la supervivencia. Precisamente uno de estos sistemas para guardar agua, los tuberoides que se aprecian en muchas especies de orquídeas terrestres, son los que le dieron el nombre al género Orchis. Teofrasto, botánico en la antigua Grecia, al observar un par de estos dispositivos en una orquídea que estudiaba, los comparó con otro par que también ocurre en la naturaleza (orchis, testículos). Otro sistema de almacenamiento de agua, que utilizan muchas orquídeas epífitas, que viven sobre los árboles, es el de los pseudobulbos, que son esas protuberancias que se observan en la base de sus hojas.
Clasificación
El trabajo de clasificar a la familia Orchidaceae no está terminado, por supuesto. El sistema Dressler, publicado en 1981, lista seis sub-familias, más de 725 géneros y alrededor de 25,000 especies. Las plantas muy relacionadas, con características similares, se agrupan en consecuencia, empleando para ello los conceptos de Tribu y Sub-tribu.
De acuerdo a la convención utilizada en la nomenclatura botánica, cada orquídea tiene un nombre, escrito en latín, formado por dos unidades: el género y la especie. Así, Laelia maialis se refiere a una especie única de orquídea. El primer nombre, Laelia, indica que esta planta pertenece a ese género, un grupo muy bien representado en Jalisco y estados que lo circundan. El segundo, maialis, distingue a esta Laelia de todas las demás. Por cierto, esta bellísima y espectacular especie, abundante en Jalisco, Michoacán y Zacatecas, florece en mayo; de ahí el nombre maialis.
Hibridización
Ninguna familia de plantas ha producido un número tan grande de híbridos, tanto naturales como inducidos por el hombre. Se estima que existen cerca de 100,000 variedades híbridas en la actualidad, y el número sigue creciendo, como resultado de la intensa actividad hibridizadora desplegada por cultivadores profesionales y aficionados. Tomar polen de una flor para depositarlo en otra, y de esta manera obtener una planta híbrida, no reviste mayor problema. La dificultad radica en las semillas que producen las cápsulas (que es como se llama al fruto de la orquídea): no contienen éstas el alimento, necesario para iniciar la germinación, que otras semillas llevan consigo, como es el caso de la albúmina de los frijoles. En la naturaleza, las semillas de orquídea se asocian con un hongo que produce los azúcares que permitirán al embrión iniciar su desarrollo. Sólo hasta que este alimento se produjo en el laboratorio es que la industria de la hibridización alcanzó las proporciones de verdadera explosión que experimenta hoy día. Muchas de las Cattleya, Phalaenopsis, Cymbidium, Paphiopedilum y Vanda que admiramos en las exposiciones, son producto del paciente trabajo del experimentador exitoso.
Dónde viven las orquídeas
Las orquídeas crecen en casi todos los climas y regiones, desde el ártico hasta los trópicos. Tal vez el único lugar de la tierra en donde no las encontramos sea bajo el mar, aunque orquídeas hay que nadan sobre agua dulce. Es en las regiones templadas y tropicales en donde son más abundantes, no sólo en número, si no también en diversidad de formas y colores.
Aunque muchas orquídeas, sobre todo en las zonas frías, viven sobre la tierra, en las regiones tropicales y sub-tropicales crecen sobre árboles y piedras, y son por eso llamadas epífitas. Una creencia común, pero errónea, es que las orquídeas son plantas parásitas, que se alimentan de los árboles sobre los que habitan. No es así; sólo toman de éstos espacio vital y soporte. De hecho, en climas benignos como el que disfrutamos en Guadalajara y Chapala, una forma muy agradable de cultivar estas bellas plantas es fijarlas, directa o indirectamente, al tronco de árboles apropiados al efecto.
La mayoría de las orquídeas viven en zonas donde se dan periodos alternos de lluvia y sequía. Estas plantas necesitan de un periodo seco, o de descanso, si se quiere que florezcan apropiadamente.
Cómo iniciar una colección de orquídeas
Cultivar orquídeas en casa es más fácil de lo que uno se imagina. Para tener éxito, basta con seguir algunas simples reglas, que me permitiré esbozar a continuación.
- Compre con inteligenciaAdquiera plantas que se adapten a las condiciones de su entorno. Si vive en un clima tropical, entonces trabaje con plantas de clima cálido, más que con especies de alta montaña. Hasta donde sea posible y su presupuesto se lo permita, modifique las condiciones de cultivo para que se acerquen a las que sus plantas tendrían en su hábitat natural.
- ObserveInspeccione sus plantas con frecuencia. Busque síntomas de enfermedades, plagas e insectos. Detecte a tiempo si sus plantas sufren por no tener condiciones adecuadas de cultivo: pérdida o amarillamiento de hojas, falta de floración o renuevos, deterioro general.
- LuzLas orquídeas, como cualquier planta, necesitan luz para poder realizar la fotosíntesis que convierte los minerales presentes en el ambiente en savia y nutrientes. Hojas oscuras y falta de floración indican falta de luz; hojas amarillas e incluso quemadas apuntan hacia un exceso de sol. Diferentes especies requieren de diferentes condiciones; investigue qué es lo que su nueva planta necesita antes de condenarla a un ambiente inadecuado.
- TemperaturaLas orquídeas crecen en muy diferentes medios: desde el nivel del mar hasta la alta montaña, y desde el trópico hasta las zonas polares. Es obvio que cada especie necesitará de distintas condiciones de temperatura. En las regiones más altas, las diferencias de temperatura entre el día y la noche pueden ser grandes, mientras que a nivel del mar la situación es mucho más estable. Podemos clasificar a las orquídeas como de clima cálido (temperatura nocturna mínima de 20ºC); templado (mínimo de 13 a 18ºC), y de ambiente frío (de 10 a 13ºC). Habrá que buscar plantas que se adapten a las condiciones de nuestro ambiente. Recordemos que la orquídea necesita de diferencias de temperatura notables para florecer, entre el día y la noche. Dentro de la casa podemos lograr este efecto abriendo ventanas por la noche.
- AguaEsta es la variable más difícil de controlar, porque depende de otras muchas: humedad relativa, tipo de medio de cultivo, intensidad luminosa, temperatura, circulación de aire. Como ya comentamos, además, muchas orquídeas necesitan de un periodo de descanso anual, que, si no es respetado, resulta en ausencia de floración. En general, hay que añadir agua en abundancia cuando la planta se encuentra en crecimiento activo, y reducirla después de la floración. Las especies con pseudobulbos de tamaño respetable, como Catasetum, muchas Laelia y Dendrobium, almacenan agua y están preparadas para sus periodos de descanso. Otras, como Phalaenopsis, Paphiopedilum y Masdevallia, que no cuentan con pseudobulbos, requieren de humedad más constante. Estudie las condiciones naturales de su orquídea y proceda en consecuencia. El empleo de agua deberá aumentar a mayores intensidades de luz y temperatura; mayor circulación de aire, menor humedad relativa y la siembra en medios abiertos y con buen drenaje. Cuando riegue, hágalo con profusión; de esa manera limpiará residuos acumulados en macetas u otros soportes de cultivo.
- FertilizaciónLas orquídeas, como cualquier ser vivo, necesitan de alimentación. Existen en el mercado muchas fórmulas especialmente preparadas para orquídeas. Los tres principales elementos a vigilar, nitrógeno, fósforo y potasio, vienen especificados en los productos comerciales. Las diferentes especies de orquídeas necesitan de combinaciones diferentes; habrá que adecuar las mezclas a cada ejemplar. Las plantas requieren además de otros microelementos: hay que cuidar que los reciban. La regla de oro en la fertilización es: alimente ligeramente y con frecuencia. Exceso de fertilizantes en el agua puede quemar e incluso matar una planta. Hoy en día se puede conseguir un producto muy interesante, la litonita, desarrollada y producida de manera exclusiva en la isla de Cuba, que proporciona medio de cultivo y alimentación al mismo tiempo para casi cualquier tipo de planta, la orquídea incluida. La litonita es una zeolita, esto es, una piedra que absorbe sales minerales, y que luego las cede a las raíces de la planta por medio de un intercambio iónico. En Guadalajara se puede comprar litonita en cantidades caseras a través de la Asociación Mexicana de Orquideología, Sección Jalisco.
- Circulación de aireLas orquídeas, en la naturaleza, gozan de esta condición en abundancia; las epífitas en especial, acostumbradas a tener sus raíces expuestas a la intemperie. Cuando se cultivan estas plantas en maceta, debe buscarse un medio de cultivo con el tamaño suficiente para permitir que el aire circule adecuadamente entre las raíces de la planta. Además, claro, deberá buscarse un ambiente abierto para colocar cualquier orquídea en casa.
- El uso de macetas para plantar orquídeas está muy difundido entre los cultivadores. En climas secos, donde la humedad relativa es baja, es especialmente útil el uso de macetas, que retienen el agua mucho más que la superficie de un árbol o de una piedra. Existen muchos medios para proporcionar soporte a las plantas dentro de la maceta: fibra de osmunda o de algún otro helecho gigante; corteza de árbol, corcho, e incluso piedras como el jal que le da nombre a nuestro estado. Muchos medios de cultivo en maceta degeneran con el tiempo, por lo que habrá que renovarlos con cierta frecuencia. Algunas plantas, como las Gongoras, echan sus flores hacia abajo; tendremos que colocarlas en las ramas de nuestro árbol de orquídeas, o plantarlas en canastas con el fondo hueco para permitir la salida de las flores. Como ya se mencionó, una manera muy adecuada de cultivar epífitas es montarlas sobre troncos o ramas que pueden ser colocados, a su vez, sobre algún generoso árbol en nuestro patio.
Clubes y Asociaciones
La belleza, complejidad y atractivos de la familia Orchidaceae tiene cautivos a muchos. Por esta razón, existen asociaciones y grupos de admiradores de estas extraordinarias plantas en todo el mundo. En Guadalajara se reúne con regularidad la Asociación Mexicana de Orquideología, Sección Jalisco, en las instalaciones del Parque Agua Azul. Boletines se publican; excursiones se organizan. La destrucción sistemática, en muchas partes de nuestro mundo, de selvas y espacios silvestres, ha reducido de manera importante el hábitat de muchas plantas, entre ellas las orquídeas. Por ello es que los grupos organizados tienen siempre un objetivo primordial: la preservación de las especies que nuestro Dios puso en este mundo para beneficio de todos los que lo habitamos.
Actualizada en febrero, 2018